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martes, noviembre 29, 2005

Crónica de una Convención Anunciada

Sin intenciones de plagiar a García Márquez (si fue él Kalabaza?) pero lo que me pasó, o mejor dicho nos pasó la semana pasada, es digno de relato...

Todo empezó hace como 4 meses, cuando el Vitor se enteró de la XL Convención Nacional de Cruz Roja Mexicana se llevaría a cabo en la ciudad de Hermosillo, Sonora. Tons al preguntarle al Chinin si iba a ir, dijo que sólo que juntara pal avión. El Vic ofreció su coche (el judicial brechero) y tras convencer al chinin de que estaba loco, pero iba en serio, se pusieron a sacar cuentas.

Meses después, ya con presupuesto, personal y ruta trazada, el patrón del Vitor no le soltó el carro (jah!) y todo amenazó con derrumbarse. Los propuestos eran la Hija, el Chinin, el Vitor, el Joao y un tal Eleazar que nunca vimos. Cotizamos camiones, avión, de aventón... el objetivo era ir y así fuera en lomo de burro (sin agraviar uno que otro lector) íbamos a llegar.

Total, dos semanas antes apareció un caballero en un brioso corcel (X-Terra) y tras arduas labores de negociación, accedió... los nuevos tripulantes serían el Chinin, la Kalabaza, el Vitor, el Joao y Libra (osease el caballero) la Hija rajó por razones desconocidas a nuestro entendimiento. Y ya puestos y dispuestos, y valga la rebuznancia, se dispusieron a hacer maletas.

Sitio de reunión, 58; hora, 21:00.... El chiste es que nos juntamos en la roja y subimos las maletas a la camioneta, el chinin tiro el agua en la maleta de vitor y el afectado se quedó sin calzones secos. Ya ventilada la tripa (no fuera a ser que se les escapara algo en el camino) partieron rumbo a Guadalajara, a la cual llegaron como a eso de la medianoche, nos seguimos a Tepic, de ahí a Mazatlán, luego Culiacán donde nos recibió muy amablemente la Cruz Roja local, nos ofrecieron descanso y nos recomendaron un lugar pa desayunar. Ya desayunados y descansados, fuimos a comer (después de comer da sueño, y al despertar, hambre) a una plaza de por ahí.

Retomamos carretera, pasamos Navojoa, Guasave (no vimos a las guasaveñas), Mochis, Cd Obregón, Guaymas y por último Hermosillo; a donde arribamos por allá de la 1 de la mañana hora local y nos metimos al hotel pa' desansar con las patas estiradas. Por la mañana a bañarse, arreglarse e ir a registrarnos y a la inauguración de la expo. Por la noche una noche casino, chela y baile.

Al día siguiente, desayuno en el Carl's Jr. la inauguración de la Convención, plenarias y luego las mesas de trabajo (algo deficientes a nuestro parecer) seguir comprando en la expo, por la noche la Misa en Catedral y la verbena popular.

El viernes desayuno en Vips, más plenarias y mesas de trabajo. Lo relevante? el cambio de uniforme, la nueva organización de comités en áreas de acuerdo a los nuevos estatutos. El cambio de emblema, las preocupaciones por el retiro de grados y detallitos así por el estilo. Y por la noche una cena cultural en un club deportivo muy pipirisnice.

Ya el sábado, sin desayunar. La clausura, rifa de ambulancias y aplausos y aplausos... despedidas y pos a empacar al hotel. De paso le coleamos la comida a nuestro Delegado y ya comidos y felices, nos dispusimos a regresar a nuestro hogar.

Ya de regreso, el Libra se quedó dormido y nos andaba volteando, luego tomó las riendas el vitor y a pesar del terror de Martha cuando el fulano toma el volante, llegamos a Cd Obregón, no sin antes atropellar un gato allá por Guaymas. Donde por cierto, visitamos la playa de San Carlos, la cual está muy agradable. Taqueamos en Obregón y le seguimos hasta Tepic, donde visitamos la Roja de ahí (y el chinin se dió cuenta que había olvidado su tarjeta de débito en Hermosillo), luego le seguimos a Guadalajara donde nos encontramos con la Hija, fuimos a la Feria Internacional del Libro y luego a comer y ver carne al Hooter's. Y ya comidos, bebidos y sobre todo cansados, nos cuajamos en el depa de la Hija.

El lunes por la mañana... levantarse, desayunar tradicionales tacos tapatíos de guaguacoa y de regreso a Colima...

Todo muy bonito, muy interesante.... sobre todo el hecho de pasar 40 horas en carretera con un grupo de amigos, acabamos más unidos sin necesidad de que hubiera situaciones tristes ni pérdidas emocionales para demostrarnos el apoyo mutuo...
GRACIAS

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